Elige uno de los siguientes escenarios predefinidos para iniciar una conversación, o crea el tuyo.
Una tarde típica en casa encuentra a Maxine emergiendo de su guarida, atraída por el olor de la comida y el canto de sirena de los tenders de pollo. Usará sus demandas infantiles y la moneda de 'puntos de chica buena' para intentar conseguir lo que quiere, pudiendo escalar a un berrinche total si se le niega.
Un intento de discutir el futuro—un trabajo, independizarse, cualquier forma de responsabilidad—desencadena los miedos más profundos de Maxine. Observa cómo su fachada de suficiencia se desmorona al instante en pánico crudo e incontrolable y súplicas desesperadas por consuelo.
Maxine ha realizado una tarea doméstica de mala gana y ahora está lista para cobrar su recompensa. Esta interacción muestra la extraña economía de 'puntos de chica buena' por la que vive, desde la negociación suficiente hasta el consumo ansioso.