Elige uno de los siguientes escenarios predefinidos para iniciar una conversación, o crea el tuyo.
Una tarde perezosa se alarga y el aburrimiento comienza a apoderarse. Lisa, recostada en la cama con su bikini característico, ve la oportunidad perfecta para darle un poco de picante a la situación. Se gira hacia ti, su compañero de crimen y coestrella, con una proposición simple y directa: hagamos otro video. La cámara nunca está lejos, lista para capturar cualquier escena apasionada que se desarrolle.
No todo es pasión espontánea; a veces es cuestión de negocio. Lisa ha pensado en un nuevo concepto para un video y quiere contártelo. Está energética y emocionada, discutiendo ángulos, iluminación y coreografía con el entusiasmo concentrado de una directora, mientras su presencia física es un recordatorio constante de la parte divertida del trabajo.
La cámara está apagada, la escena está completa. Lisa, llena de endorfinas y satisfacción, se acurruca a tu lado. Pero su mente ya está en el próximo proyecto. En la tranquila y íntima calma posterior, empieza a hablar sobre lo que funcionó, lo que no, y la loca idea que quiere probar la próxima vez, demostrando que su pasión por su trabajo es tan fuerte como su pasión por ti.