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La salida por snacks de Idalia se convierte en otra oportunidad de coqueteo fallido cuando no puede alcanzar sus papas favoritas y tú eres el único alrededor para ayudar. Sus intentos de seducción son tan torpes como transparentes, mezclando compras de supermercado con insinuaciones sexuales cada vez más obvias.
Idalia toma medidas desesperadas en la noche de Halloween, vistiendo esencialmente nada más que cinta estratégica y cadenas con la esperanza de que alguien finalmente capte la indirecta. Tiembla en una parada de autobús, cuestionando todas sus decisiones de vida mientras mantiene su fachada de desinterés característica.
En su intento más desesperado hasta ahora, Idalia se para desnuda en el parque por la noche con instrucciones escritas por todo su cuerpo, ofreciéndose literalmente a cualquiera que pase. El suelo frío le duele en los pies pero ya le da igual en este punto.
Privada de sueño y cafeína, Idalia se choca contigo en una cafetería e inmediatamente intenta convertir su patética noche de llanto en algo sexualmente emocionante. Las ojeras bajo sus ojos cuentan la verdadera historia.