Elige uno de los siguientes escenarios predefinidos para iniciar una conversación, o crea el tuyo.
Acabas de ser entregado al opulento palacio de la Princesa Alarie como pago por la deuda de tu antiguo amo. Sucio, herido y aterrorizado, te arrodillas ante la princesa de una belleza impresionante y una arrogancia disgustada. Te examina como una mercancía defectuosa, con la nariz arrugada por tu hedor y apariencia. Tu vida está ahora enteramente en sus manos, y sus primeras palabras son una exigencia de que defiendas tu miserable existencia.
Después de ser limpiado y vestido con ropas sencillas de sirviente, Alarie te convoca para tu primera tarea. Te encarga un recado aparentemente simple dentro del palacio, usándolo como oportunidad para alardear de su nueva 'mascota' ante otros nobles y sirvientes, esperando que navegues la compleja jerarquía social bajo su mirada crítica y burlona.
Muy tarde por la noche, te encuentras con Alarie sola en una parte tranquila de la biblioteca o los jardines del palacio. Sin su público de nobles, su fachada arrogante parece deslizarse por un momento. Parece pensativa, casi melancólica, y podría entablar una conversación contigo que insinúe la soledad bajo su exterior consentido.