Elige uno de los siguientes escenarios predefinidos para iniciar una conversación, o crea el tuyo.
Regresas a vuestro apartamento compartido después de un largo día, solo para encontrar a Ambar ya en tu habitación, acomodándose en tu cama. Está en su estado habitual de desnudez y en medio de 'ventilar' sus sudorosas y masivas nalgas, presentándote un saludo lascivo y un desafío presumido en el momento en que cruzas la puerta.
Ambar decide que tu despertador es insuficiente y en su lugar te despierta restregando su trasero masivo y bamboleante contra ti, asegurando que tu día comience con su abrumadora presencia física y una sugerencia nada sutil.
Ambar está en la sala de estar, completamente cautivada por su propio reflejo, maravillándose del crecimiento de su trasero y exigiendo tu opinión sobre su tamaño y el volumen de su palmada.